jueves, 29 de agosto de 2019

Nostalgia


Reconstruyo amores juntando letras
            palabras que guardan pasiones que aún intactas

Solo basta rozar su superficie
                     para que todo se llene de antiguos perfumes

 Agitación y arrojo,
                            de quienes no creen indiferencia
 jugándose la vida entera
                    buscando correspondencia

lunes, 29 de diciembre de 2014




No me toques nada.
Me quedaré en este exacto lugar
dónde me dijeron en todos los idiomas que me quedara.
por si alguna vez tenía dudas
lo repitieron una y otra vez.
cual fototropismo
obstinado
me duelen los niños olvidados
perdidos en la rutina del sin sentido







mil palabras como cabellos, suelto en el viento. No acostumbraba dejar que el sol iluminara mi rostro, pero me tiré hacia atrás y lo deje acariciarme como cuando niña.
Mientras avanzábamos a toda velocidad, me fui pensando en ti. El otro día me acordé de un relato, lo habré escrito yo? o lo leí?. Una historia de amor truncada, sádica. La debo haber leído. Tengo tan patente las escenas. La imaginé como si fuera una película. Todo nevado, aislados en un lago.
La carretera se extendía solitaria, sensación de brisa helada, Domingo por la mañana.
Buscando el relato, me topé con una carta...  Lo mataba, la protagonista. El le iba a pedir la mano y ella se rió para sus adentros,     -patético. Es extraño que me alegre que me hayas querido en ese entonces? ni una sola alma, que acompañara nuestro peregrinaje. Ya no somos nada y aún así logras conmoverme. No logro recordar por qué lo odiaba tanto, digo, para llegar a matarlo. Quizás no era relevante.
Directo desde el pasado.
Nos bajamos y me miró convencido a los ojos: - Aquí, dejamos a nuestros muertos.


jueves, 11 de septiembre de 2014

Nunca volveras a ser mía



Solo me queda seguir tu rastro en los espacios virtuales
recrearte en mis recuerdos
limitada por mis capacidades imaginativas.
como una amiga más perdida en los recodos de la vida
tu obra, siempre me inspira.

Sobre la escritura

"Existen dos tipos de escritores. Aquellos que escriben por la necesidad de expresar lo que se gesta en su interior, como un volcán en erupción, 

no me alcanzan las letras ni la velocidad de la mecanografía para poder decir todo lo que quisiera a la rapidez en la que fluye. Qué tipo de obra sería esa? la que se concretaría en una corrida? esa es la única velocidad que siento se condice con la sensación que me da esta urgencia por escribir. Esa sensación de velocidad conjugada con la del esfuerzo. Dar el mayor esfuerzo para lograr aumentar o al menos mantener el ritmo; dónde el ser se siente un poco al límite, liberando la energía del interior al universo.

dónde las frases articuladas configuran la paz del individuo. 

Siempre me he preguntado por qué el escribir puede resolver los problemas internos. El acto reflexivo, el ordenar las ideas. Por qué el saber nos conforta?
Todo vuelve a la conexión, al entendimiento.

Otro tipo de escritor, es aquel que escribe para crear mundos. Y dentro de este tipo, se encuentra una infinidad de variantes, dependiendo del motivo que movilice las palabras en el escritor.
Hay algunos que se inspiran en agasajar a otros; motivos románticos, entretención de niños, etc.
Otros, los hacen para escaparse y rehuir de la insoportable realidad que los acoge y no los deja ni a sol ni a sombra. En la escritura encuentran un espacio favorable para sus sueños, dónde prosperan los sucesos de la manera en la que a ellos los complace. A veces, simplemente es un pasatiempo, dónde las palabras no son de tanta importancia. Más bien, el uso del tiempo, rodeado de palabras. 
Cabe a destacar, la existencia de aquellos que ocupan ese espacio para la flagelación, tanto de ellos mismos como de otros. En un ejercicio de destruir la incesante continuidad que es el estar vivo. 
Finalmente, mencionar aquellos que escriben para ocultarse. Textos apócrifos para desviar la atención de los rayos resplandecientes. Solo el lector avezado es  capaz de intuir entre líneas, el espíritu burlón de los ocultistas, en los que pareciera se estuviera revelando un secreto, un sentimiento. Este tipo de escritor es en general maestro de la escritura espejo, generando una especie de nidos dónde el lector deposita su ser en ellos y se siente identificado con lo escrito.


miércoles, 21 de mayo de 2014

De ensoñaciones y masacres



I
Quería olvidarse de todo, pero ya era demasiado tarde. Como si se hubiese tatuado ese momento en los párpados. Cuando el aire se volvía denso de neblina, una melancolía anunciada se posaba sobre él.
A menudo las maldecía. Nubes que parecían no tener dónde más ir; lo atormentaban fusionandose unas con otras, volviendose un todo indistinguible sobre el cielo. Vivía en un constante estado de desesperación. Por qué estoy tan solo? Salía de su casa para sentir la compañía de las personas. Caminaba con su abrigo azul, de lana gruesa, observando rostros, escuchando conversaciones ajenas. A veces, mujeres perfumadas pasaban a su lado e intentaba capturar sus aromas, acercandose lo más posible, lo más que pudiera, pasando desapercibido. Le gustaban los olores cítricos, le parecían elegantes. Una vez, por equivocación, se vio en la mitad de un escenario, con un gran foco sobre el. Era una noche de karaoke, todos esperaban que dijera su nombre y tema de elección. Estaba muy confundido, la luz cegadora no era de mucha ayuda. El sólo seguía a una tipa, hipnotizado. Solía pasarle, desviar su camino por horas, como en un trance. Era asiática, Filipina tal vez. De tez más bien morena, tenía el pelo largo y muy oscuro, como mis pensamientos,  se dijo. No sólo seguía mujeres, cualquiera que tuviese un rumbo era digno seguir. Aquella noche del bar, decidió dejar la realidad por un segundo y comenzó a vivir como si en un sueño. No era algo extraño en el. Se podría decir que toda su vida había sido un sin fin de ensoñaciones. Cada trance era una especie de sueño en movimiento. Muchas veces se visualizaba en trajes brillantes con un peinado anticuado pero exuberante. Encarnó entonces, a uno de los muchos hombres de sus sueños, y pidio una canción de Elvis, Animal Instinct. Cantó y bailó como nunca lo había hecho, pero parecía como si fuese un número preparado. Cada paso de baile y en especial los movimientos pélvicos, todos, ejecutados a la perfección. La luz sobre su rostro era fuerte y no lograba distinguir rostros. Solo veía figuras que se movían aplaudiendo o vitoreando. Al acabar la canción el lugar se estremeció en aplausos. El local tenía un presentador, quién pidió bajaran un poco la luz, mientras se acercaba curioso pero con paso seguro, a este inesperado Elvis reencarnado. Como muchos sueños, despertó de su trance abruptamente. Quién es este tipo que posa su mano sobre mi hombro? -cómo te llamas amigo?, Qué hago aquí? miró sobre el escenario y sólo veía un mar de rostros sonrientes, por qué sonrien?  no lograba entender lo que motivaba las conductas humanas, los gestos.

Intensas ganas de borrar esas sonrisas violentamente de sus rostros lo embargaban, mientras el sentía que todos estaban a la espera.
A la espera del acto supremo.

martes, 20 de mayo de 2014


Llévate tus calcetas de niño,
la lejanía que siempre estuvo presente.
Mi corazón de crisálida que creo ya no mereces.
Para qué nos amamos? ya no tengo ganas de quedarme a ver cómo revolotean las ideas de tu cabeza a tus manos.
Me aburrí como quién se alimenta de aspavientos.
de qué me sirve que me quieras desde ti hacia adentro?
no me demuestran los besos
ni el pene erecto.

Sufrirás? como lo hacen todos los que se quedan con las ganas.

Tal vez ya no estés seguro de que sea yo lo que quieres.
Las joyas que no se cuidan, se pierden.